Una fama mal empleada

Algo que debe tener nivel de escándalo, pero del que desgraciadamente poco se ha hablado, ha causado quien es un súper-estrella, ídolo de millones de adolescentes de todo el mundo, Justin Bieber, el adolescente  cuyos posters adornan paredes en los cuartos de millones de niñas y adolescentes.

Bieber se acaba de graduar este mes de la secundaria, o sea de High School, y en un arranque de franqueza dijo realmente lo que es, que él “detesta estudiar” y que no necesita un título de una secundaria.

La semana pasada dijo también que terminó sus estudios de High School, sólo “para darle gusto a mi madre”, porque desde donde él está ahora, se ven las cosas más interesantes y agregó que lo que más le  disgustaba de sus estudios era “tener qué leer”, algo que detesta.

Un mensaje a los seguidores de este artista canadiense: sean como él muchachos y muchachas, empiecen ya a vender millones de discos, a comprar su avión propio para que vean las cosas “diferentes”, así comprenderán que no necesitan el certificado de secundaria, para qué, si hay muchos conciertos que dar y muchos millones de dólares qué gastar.

Pésimo ejemplo del ídolo de la juventud a sus seguidores y seguidoras, por eso debe ser vetado en todos los hogares donde haya niños y niñas con sus discos, adornando paredes con sus imágenes, donde faltan las de otras de mejores personalidades, ejemplos de verdadera superación.

Justin Bieber tuvo un golpe de suerte al llegar a donde ha llegado, de sobra se sabe que hay quienes pueden cantar y componer melodías mejor que él, pero no han encontrado la forma de darse a conocer, como por suerte, él fue lanzado al estrellato por obra y gracia de las redes sociales, como You tub.

Hoy este artista puede pensar y hacer todo lo que quiera, además ya tiene 19 años, pero que sea más responsable con lo que dice, debe utilizar su fama con responsabilidad y que si canta bonito que cante, pero hace muy mal cuando existe un público muy joven que sigue sus canciones, al igual que sus declaraciones.